Era una siesta en un domingo
particular, en el cual todos los ciudadanos de Córdoba se movilizaban rumbo a dar su voto en las
elecciones de diputados.
Con tan solo un par de
votantes, jurados y presidentes de mesa sentados comiendo su almuerzo en el
colegio de la Inmaculada, Camila Terrera de 16 años de edad se acerco por
primera vez a su mesa correspondiente, le entrego a uno de los jurados su DNI,
este se lo retuvo y a cambio le entrego un sobre en el cual Camila al entrar al
cuarto obscuro introdujo su voto. Al salir del cuarto se acerco a la urna de su
mesa para dejar su voto, terminando así con su jornada de sufragio.
En la Ciudad de Córdoba aproximadamente
48.502 menores de edad entre los 15 y 17 años fueron partícipes de las elecciones
a diputados. Entre ellos Camila.
A medida que las
elecciones se acercaban, mayor era la inquietud que Camila sentía acerca de la
decisión entre poder formar parte de esta importante elección, ya que nunca
había sido partícipe en la política. Con la nueva Ley (26.774) que permitía que
su voto fuese válido comenzó a preocuparse más por este tipo de asuntos que
antes figuraban en un segundo plano para ella.
Mucho tuvo que ver la
ideología de sus padres y el entorno en el que ella se movía, dado en que en su
escuela no promovían mucho el tema de la política ni derechos (tratándose de un
cuarto año con jóvenes que aun no habían cumplido los 16 años de edad). Por lo
cual, la inquietud que le generaba el querer saber sobre cada político la llevo
a preguntarle directamente a los mayores que la rodeaban el motivo por el cual
votarían a un candidato. Como era de esperarse se encontró con distintas
opiniones políticas, lo cual le fue confuso a la hora de tomar una decisión, ya
que alguno de los adultos tenían posturas diferentes entre sí y cada uno las
defendía con buenas argumentaciones.
Ante la duda Camila
recurrió a sus amigas para averiguar si ellas también estaban en la misma
situación de no saber si votar o no, o de no saber a quién votar… Como era de
esperarse, la mayoría de las jóvenes de su edad no estaban interesadas en la
política ni mucho menos se les habría cruzado por la cabeza el hecho participar
en la misma.
Finalmente sintió mayor
seguridad al inclinarse por la misma opinión de sus padres, dado que ellos son
su modelo a seguir y según su criterio tienen mucho más conocimientos acerca
del tema que ella, y si sus padres tomaban esa decisión sobre a quién votar,
asumió lo habrían hecho inteligente mente y por algún motivo que comprendería más
adelante.
“Mas allá de que no tenga
experiencia en el tema realmente quería ser parte de alguna manera en la
política de este país y aunque me haya dejado influenciar por otras opiniones,
es una experiencia nueva para mí y ahora sé que en los próximos años voy a estar
más preparada”.
Suizer Pilar
Suizer Pilar